¿Te atreves a tener éxito?
Dicen los expertos, que de esa enorme acumulación de escarcha y nieve llamada iceberg que se desprende de un glaciar tan solo vemos entre un 10% y un 15 %. El resto, el 90% aproximadamente se queda bajo la superficie del mar, llegando a alcanzar varios kilómetros de longitud.
Si miramos con atención nos impresiona con su historia. Solo su color nos da muchísima información, nos habla de su edad y nos cuenta donde ha vivido.
El blanco es la superficie menos compacta que poco a poco se va derritiendo según avanza en el mar. El espectacular azul intenso se adquiere con el tiempo, mientras se mueve lentamente por el glaciar, cuando la masa de nieve se apelmaza y se convierte en un hielo duro y denso que no deja ni un espacio de aire en su interior y hace que la luz penetre haciéndose visibles los fotones azules que son los más energéticos. Si el iceberg es negro nos puede indicar que ha pasado su vida cerca de un lugar con actividad volcánica.
Es impresionante ver esa masa flotando en el agua pero nos olvidamos que lo más impresionante se oculta debajo, el otro 90%. La parte que fue capaz de hundir el barco más grande y seguro del mundo según sus propietarios, el Titanic. La parte que hace que esa masa se vaya moviendo en una u otra dirección.
¡Ahí está la verdadera fuerza del iceberg, en lo que no se ve!
Igual que en las personas. Nuestra verdadera fuerza está en la parte que no se ve, en la parte sumergida. Esa parte que acumula experiencias, emociones, sentimientos, creencias, esa parte que es nuestra verdadera identidad. Donde encontramos nuestro verdadero centro de energía. La parte que nos hace movernos hacia delante para conseguir nuestros verdaderos sueños. Y según movilizamos nuestra fuerza interior en una u otra dirección vamos cambiando nuestro aspecto exterior. Y digo aspecto exterior refiriéndome a como nos comunicamos con nuestro entorno. Qué es lo que dejamos ver.
A veces perdemos de vista nuestra parte interior y nos perdemos durante algún tiempo, volver a entrar en ella para reactivarla es parte del proceso de coaching. Es volver a conectarnos con nuestros sueños y ponernos en el camino que queremos andar. Dejemos que nuestra energía interior se refleje intensamente en ese 10% que mostramos.
Escuchar a nuestro 90% oculto y dejar que fluya es el 90% de nuestro éxito personal.
¿Te atreves a tener éxito?
Hablando de Coaching