Según los estudios realizados por distintos organismos y empresas (IESE, Price WaterHouse y EMS) la principal causa de fracaso en un proceso de expatriación se debe a la falta de adaptación del grupo familiar al país de destino.
Las dimensiones emocional y familiar son las menos valoradas por la empresa a la hora de preparar un programa de expatriación y sin embargo, son la mayor causa de fracaso.
Según el ERC (Employee Relocation Council) el traslado de un expatriado es 3ª causa más estresante después de la pérdida de un ser querido y de un divorcio.
Lo que se presenta como una aventura excitante para el expatriado puede llegar a tener un coste emocional y profesional elevado si no se gestiona de manera adecuada.
Dentro de estos procesos es normal que las compañías pongan solución a todos los trámites de logística como la mudanza, la búsqueda de casa, de colegio, contratos de luz, agua, teléfono, seguros de salud, etc. facilitando el traslado enormemente.
Pero ¿qué pasa cuando ya estamos allí y hemos conocido nuestro nuevo entorno?
Dominamos cosas básicas: dónde y cómo hacer la compra, donde está nuestro lugar favorito, como desplazarnos, como funciona la sanidad, donde debo llamar o ir en caso de emergencia e incluso, donde practicar algún hobby.
Y pensamos: ¡¡¡ ya estamos adaptados!!!
Es entonces cuando el periodo de “enamoramiento” con el nuevo destino llega a su fin y aparecen las necesidades de cada uno de los familiares implicados la expatriación. No solo los que están alli, sino también de los que se han quedado en el lugar de origen: la pareja, los hijos, los padres…
Las emociones se intensifican con la integración a una nueva cultura, unas costumbres diferentes, otra manera de comunicarse y a la que no siempre nos es fácil adaptarnos, no sentir cerca a los nuestros aunque la relación se mantenga a través de las redes sociales, el teléfono o por Internet…
Aunque sigamos las 6 claves para superar con éxito el choque cultural, dejar atrás una vida personal y laboral en un entorno conocido, a favor de una experiencia familiar, en principio positiva, donde el objetivo más claro es la oportunidad laboral de UNO solo de los individuos , hace que a veces, la balanza no parezca muy equilibrada.
…Y comienzan a aparecer los problemas.
El expatriado tiene que adaptarse también al nuevo puesto de trabajo. Su nivel de estrés aumenta mientras su rendimiento profesional disminuye entrando en la rueda de causa- efectode la que no es fácil salir.
Y las relaciones familiares también se ven afectadas. Se entra en un círculo de malestar emocional familiar que es necesario romper para poder encaminar de nuevo la situación y convertirla en una EXPERIENCIA GRATIFICANTE para toda la familia, donde cada uno tenga su espacio y sus propios objetivos.
¿En qué puede ayudar un coach?
Es ahí ,donde el trabajo de un COACH hace que se produzcan los cambios necesarios para reconducir la situación en el menor tiempo posible, y mejorar la situación en los tres niveles: profesional, de pareja y familiar.
Un coach ajeno a la empresa genera un entorno de confianza más abierto, en el que los afectados hablan de su situación personal con más libertad, para llegar a soluciones más eficaces y realistas.
¿Cuándo tomar la decisión de acudir a un coach?
Es fundamental saber en que momento se debe acudir a un coach para evitar una situación de no retorno, en la que alguna de las partes haya tomado alguna de estas decisiones de manera unilateral:
– regresar al país de origen,
– romper la relación,
– o simplemente entrar en un estado de pasotismo en el que no se disfruta
y como consecuencia cualquier contratiempo parece insalvable.
En el momento en el que cualquiera de los integrantes de la unidad familiar:
– se siente perdido, sin saber cual es su papel alli, habiendo dejado una vida en otro lugar,
– se siente solo en un entorno en el que no se encuentra a gusto y no hace por integrarse,
– en una rutina de la que no disfruta todo lo que le gustaría,
– siente que la balanza no está equilibrada y se generan sentimientos de culpa por uno o de reproche por otro,
– o al final del proceso después de integrarse hay que enfrentarse a la nueva decisión de regresar…
Es ahí donde es conveniente pedir ayuda. Informarse sobre ¿qué es un proceso de coaching? y dirigirse a un coach, para que nos ayude a enfocar la solución de la manera más realista, buscando las mejores opciones, en el menor tiempo posible, para conseguir DISFRUTAR AL MAXIMO de nuestra EXPERIENCIA INTERNACIONAL.
A veces es más fácil de lo que pensamos y pedir ayuda a un profesional es una manera muy sana de buscar la solución.
Está en nosotros saber cómo queremos vivir esta experiencia y dar el paso para buscar la solución.