6 claves para superar con éxito el choque cultural
Tomar la decisión de expatriarse no es fácil.
Valorar lo que dejamos atrás y tener una visión clara de futuro nos ayudará a dar ese paso. Si la decisión es voluntaria por parte del expatriado y la familia, es más fácil la fase de adaptación pero no asegura el éxito de la expatriación al 100%.
En la experiencia internacional hay 4 etapas espacio-temporales que debemos tener en cuenta:
1.Entusiasmo inicial
Es la etapa de enamoramiento con el proyecto, el país de destino y la nueva aventura. Comienza en la etapa previa a la expatriación.
La posibilidad de desarrollarse profesionalmente o de tener mejores perspectivas laborales en el país de destino y conocer otra cultura son 2 de los principales motivos de la expatriación. El tener el objetivo cerca crea un nivel de estrés positivo para mantener el estado de euforia durante los preparativos previos a la partida y los primeros meses de la llegada al destino en los que la sensación de “estar de turismo” permanece.
2. Choque cultural.
Aparece entre los 2 y los 4 meses del inicio de la expatriación.
En esta etapa comienza con una reacción natural de estrés y ansiedad que provoca lo nuevo y lo desconocido, producida por el desconocimiento de la nueva cultura: qué hacer, cómo hacerlo y donde hacerlo.
Dar un alta telefónica, saber cómo se lee la factura de la luz, donde hay que llamar si se presenta una urgencia…cosas que dominamos en el país de origen pueden suponer una gran inversión de tiempo y de energía según se van adquiriendo las nuevas rutinas en el lugar de destino.
Nuevos horarios, nuevo idioma, la forma de saludarse o comunicarse, el sentido del humor, la importancia de la religión, las nuevas costumbres junto con la ausencia del entorno que forma parte de su identidad hacen de ésta la etapa la más crítica en el proceso de expatriación.
Aunque cada persona se adapta de manera diferente al choque cultural es normal tener sentimientos de frustración, tristeza, soledad, añoranza, desasosiego y ansiedad. Estos sentimientos pueden producir una reacción de aislamiento y de rechazo a la nueva cultura tanto del expatriado como de su familia.
3. Ajuste cultural.
Si el expatriado ha superado la etapa anterior comenzará esta etapa de conocimiento, tolerancia y entendimiento de la nueva cultura. Comienza a asimilar las diferencias con el país de origen como parte de un proceso natural de integración.
Seguir las siguientes claves ayuda a entender el nuevo entorno y a acortar el tiempo de adaptación del expatriado y de todos los miembros de la familia.
Las 6 claves para la adaptación cultural:
- Aprender el idioma y sus giros para entender su humor y poder comunicarse con fluidez,
- Observar el comportamiento de la gente en el trabajo, en la calle, en los lugares publicos.
- Relacionarse con nativos.
- Mantener una comunicación familiar fluida. El apoyo familiar es fundamental para sentirse conectado a su entorno anterior.
- Mantener la esencia de la cultura nativa que forma parte de la personalidad de los implicados y compartirla.
- Y si es necesario, buscar ayuda de un profesional para superar el estrés y para hacer más fácil el proceso de adaptación.
4.Dominio e integración cultural
En esta etapa el expatriado y su familia comienzan a sentirse parte del entorno y a conseguir estabilidad emocional y cultural.
Habrán adquirido conocimientos suficientes para experimentar, entender el entorno y crear teorías personales sobre la actividad laboral y socio-cultural del país.
Si el proceso de adaptación ha sido positivo en esta etapa comenzarán a disfrutar plenamente de su destino y a ver todas las oportunidades que se presentan. Haciendo que el nivel de motivación familiar sea cada vez más alto y que contribuya a que la expatriación sea un éxito.
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